Curación a través de la meditación angélica

En el bellísimo libro de Ambika Waters “El Año Angélico” hay un ángel para cada semana del año, correspondiendo a cada signo zodiacal.

Estamos en la primera semana de Sagitario y el Angel que lo rige según la autora es el Angel de la aventura.

Propone, una reflexión:

“La aventura más grande es la búsqueda interior del tesoro espiritual”.

Una meditación:

“Piensa por un instante en las aventuras que hayas conocido en tu existencia. ¿Qué descubriste acerca de tí mismo en tales ocasiones?.

¿Pudiste advertir la fuerza y la determinación que se te requerían al apartarte de lo ordinario?

Cada búsqueda del conocimiento, del saber y de la luz íntima nos conduce más adentro del reino interior de lo ignoto y nos muestra quiénes somos.”

Y una oración:

“Oh, Angel de la Aventura, ayúdanos a transformar nuestra existencia mundana en una búsqueda de la luz, de la alegría y del placer profundo que proceden de sabernos hijos de Dios, cuyo conocimiento es nuestro tesoro.

Muéstranos en dónde revelan la exploración y el descubrimiento el oro íntimo de nuestros espíritus y en dónde podemos aventurarnos a descubrir el yo verdadero, todos aquellos que estamos dispuestos a asumir el riesgo.”

Amén.

Practicar sin ganancia

En la meditación es más importante la actitud que la técnica o la tradición. La actitud correcta es lo principal. Si tienes el mejor maestro, la mejor tradición y los mejores métodos pero tu actitud no es correcta no obtendrás resultados.

Son muchas las personas que meditan con la intención de obtener, alcanzar o lograr algo. No es de extrañar, porque nuestra actitud mundana está basada en el logro. Nuestra educación y la sociedad en la que vivimos nos han enseñado a ver la vida como algo que debemos emplear para alcanzar o llegar a ser algo. A nivel mundano, así son las cosas. Tenemos que hacer toda clase de cosas para llegar a ser alguien y obtener algo, pero la Iluminación no es algo que se alcance o se logre nunca. Esto es difícil de comprender intelectualmente, ya que el intelecto está condicionado para pensar en términos de ganancia.

Las palabras darma y nirvana son imposibles de traducir porque no pueden ser explicadas conceptualmente. Más que cosas, son realizaciones. Lo mejor que podemos hacer es emplear un término como “realidad última”. Darma y nirvana son lo que realizamos más que algo que alcancemos o logremos.

Cuando estamos meditando, nuestra intención es inclinarnos hacia el nirvana y no hacia el logro de un estado superior de conciencia.

Reflexiones en el camino de la meditación- Ajahn Sumedho.

Meditar

Comenzando con las sabias palabras de los grandes maestros:

"La mente meditativa es silenciosa. Está más allá del pensamiento...

La mente meditativa es la mente religiosa; una mente que no está contaminada por iglesias, templos ni cánticos...

La meditación no es un medio para conseguir un fin.

Es ambas cosas: el medio y el fin"

J. Krishnamurti, Meditations.

La plegaria que sana

Bendición:

"Que la luz de tu alma te guíe.

Que la luz de tu alma bendiga tu trabajo con el amor secreto y el calor de tu corazón.

Que veas en lo que haces la belleza de tu alma.

Que la santidad de tu trabajo lleve salud, luz y renovación a los que trabajan contigo y a los que ven y reciben tu trabajo.

Que tu trabajo nunca te canse.

Que libere en ti manantiales de renovación, inspiración y animación.

que estés presente en lo que haces.

Que nunca te pierdas en ausencias insulsas.

Que el día nunca te pese.

Que el alba te encuentre despierto y atento, esperando el nuevo día con sueños,

posibilidades y promesas.

Que la noche te encuentre en estado de gracia y realizado.

Que comiences la noche bendecido, abrigado y protegido.

Que tu alma te serene, consuele y renueve."